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La Comisión Europea aprueba nuevas indicaciones geográficas de España e Italia

12/01/2024 - Actualidad

Miércoles, 10 de enero de 2024

La Comisión Europea ha aprobado hoy la inclusión del «Cabrito de Extremadura» —carne de cabrito de la región española de Extremadura — y «Terre Abruzzesi»/«Terre d’Abruzzo» —vinos de la región italiana de los Abruzos —, en el registro de indicaciones geográficas protegidas (IGP).

El «Cabrito de Extremadura» es carne de cabritos nacidos, criados, cebados y sacrificados en la Comunidad Autónoma de Extremadura. Los lechales se alimentan inicialmente con leche materna. Debido a la raza y alimentación de los animales, esta leche presenta características especiales que difieren de la leche producida fuera de Extremadura. La composición es tal que estas diferencias se trasladan a la carne de los cabritos. En la región de Extremadura, los cabritos se crían desde épocas ancestrales. La singularidad del «Cabrito de Extremadura» viene determinada, además de por la tradición e historia de este producto a lo largo de los siglos en la región extremeña, también por el color de la carne, la grasa, la ternura suprema, un moderado nivel de infiltración de grasa intramuscular y la agradable textura.

La lista de todas las indicaciones geográficas protegidas puede consultarse en la base de datos eAmbrosia. Puede obtenerse más información en línea en la página dedicada a los sistemas de calidad y en nuestro portal GIView.

El «Terre Abruzzesi / Terre d’Abruzzo» comprende varias categorías de vino, vino de aguja y vino de uvas pasificadas. Las características de estos vinos vienen determinadas principalmente por las especiales condiciones edafoclimáticas de la zona de producción, que se caracteriza por extensas colinas soleadas combinadas con la presencia del mar Adriático al este, y los macizos del Gran Sasso y Maiella al noroeste y al suroeste respectivamente, que favorecen la formación de importantes corrientes de aire. El clima templado, los suelos bien drenados con buena disponibilidad de agua y las marcadas variaciones entre las temperaturas nocturnas y diurnas garantizan una maduración óptima de los racimos de uva. Estas condiciones son ideales para la salud de las uvas y para la acumulación de sustancias aromáticas, lo que da lugar a vinos con una fragancia intensa y característica. 

Fuente: Departamento de Prensa de la Representación de la Comisión Europea en España